La evaluación formativa como proceso de aprendizaje en la asignatura de historia en un grupo de tercer grado de secundaria

Abstract

Este informe de prácticas profesionales presenta experiencias, descripciones de actividades en el aula, interacciones con estudiantes y observaciones, con el objetivo de trabajar con una evaluación formativa como proceso de aprendizaje en la asignatura de historia en el nivel de secundaria. Por eso se destaca la implementación de una evaluación formativa para orientar y mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, convirtiéndose en un recurso valioso para la reflexión, identificación de áreas de oportunidad y retroalimentación. Las actividades implementadas para trabajar la evaluación formativa fueron dinámicas y creativas, permitiendo la participación colaborativa de los alumnos. Estas actividades incluyeron la simulación histórica de las trincheras de la Primera Guerra Mundial, la redacción de cartas simulando ser soldados del conflicto armado, una línea de tiempo interactiva de la Segunda Guerra Mundial y, por último, una mesa redonda donde los estudiantes argumentaron su opinión sobre el conflicto armado. Además de fomentar el aprendizaje colaborativo, estas actividades permitieron a los estudiantes desarrollar habilidades críticas y creativas. Los instrumentos que ayudaron a obtener información sobre sus habilidades, saberes y conocimientos fueron la rúbrica, la lista de cotejo y la guía de observación. Estos instrumentos proporcionaron una visión detallada del progreso de los estudiantes, facilitando una evaluación continua y formativa. La retroalimentación obtenida a través de estos métodos permitió ajustes en tiempo real, mejorando la eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje. Los diferentes métodos, técnicas e instrumentos de evaluación propuestos en este informe van más allá de una simple medición de conocimientos. En lugar de ello, se propone una evaluación formativa que se adapta a las características individuales, la diversidad, las formas de aprendizaje, los ritmos y los estilos de los estudiantes. Esta aproximación no solo mide el conocimiento adquirido, sino que también promueve una comprensión más profunda y significativa del contenido histórico, fomentando un ambiente educativo inclusivo y enriquecedor.